Al leerme en la revista Amateur, me viene a la cabeza esa pregunta que ya me atormentaba de adolescente: ¿para ser escritora es necesario tener una vida tensada al límite? ¿Ser alcohólico, cocainómano, nómada hasta la saciedad, con dramas familiares a tu espalda, viviendo de noche? Ninfómanas, esquizofrénicos, bipolares, adictas a la mezcalina. Suicidas. Maltratadoras de lo...