La comunicación dejó de ser interna hace ya mucho tiempo. Las fronteras, tanto intelectuales como físicas, dejaron de ser exhaustivas y excluyentes. Ya no existen esas restricciones mentales en los empleados sobre lo que significa e implica comunicar fuera o dentro, hacia arriba o abajo, de forma ascendente o descendente, sino que comunicamos en todas las direcciones simultáneamente.
Con la aparición de las redes sociales, la comunicación deja de ser información para ser conversación. Así que si queremos comunicar, debemos conversar. Y si la marca está ahora obsesionada por crear ese vínculo afectivo o engagement con sus stakeholders, ¿cómo es posible que olvide a sus embajadores?
De la puesta en marcha y seguimiento de estrategias de comunicación interna que he llevado a cabo en los últimos años, siempre me queda el mismo regusto a insatisfacción: mientras que los objetivos que establezcamos no sean estratégicos sino tácticos, como ocurre en la mayoría de las organizaciones, la comunicación interna continuará siendo la eterna asignatura pendiente.
El gran fracaso de los planes de comunicación interna viene de la mano de la ausencia de compromiso y sentido de la realidad por parte de los directivos: la importancia de esta disciplina está teóricamente asumida por todos pero no llevada a la práctica de la forma más deseable. Muchos expertos coinciden en la idea de que todo lo relacionado con los intangibles, y de forma especial lo que se refiere a la comunicación interna está aceptablemente desarrollado en la teoría, pero aún no ha llegado a la práctica o a la realidad.
Lanzar una intranet colaborativa, poner en marcha una newsletter, colocar un tablón de anuncios o comunicar los cambios vía correo electrónico cuando ya se han implementado NO es gestionar la comunicación interna de una organización, sino poner en marcha herramientas o acciones concretas internamente. Si la comunicación interna se entiende como un fin en sí mismo, difícilmente contribuirá al éxito empresarial, incentivará el talento, promoverá el conocimiento dentro de la organización o integrará a las personas con los objetivos de la empresa.
Necesitamos dejar de INFORMAR a los empleados para COMUNICARNOS con ellos; que dejen de hablar de la empresa para hablar con ella. Aunque no la coordinemos, vertebremos, ni dirijamos, la comunicación interna existe siempre. O la gestionamos con profesionalidad o la gestiona esa imperiosa necesidad de conocimiento que todos tenemos. Por lo tanto, lo que no digamos, será inventado por el receptor.
Estas 10 preguntas son para la reflexión y el diálogo. Quizás un tímido punto de partida para impulsar el cambio desde dentro:
1.- ¿Eres de los que teme que la información se filtre, que trascienda fuera de las puertas de la organización? ¿Temes que todo lo que cuentas se acabe sabiendo? ¿Que cuando quieres que algo no trascienda, es mejor no decirlo?
Hace años pudo tener cierto sentido, pero entonces surgieron las redes sociales y los empleados la adoptaron como propias. Igual que conversamos sobre cuestiones organizativas en reuniones familiares, bares o el gimnasio, los empleados conversan sobre la marca en los pasillos de la organización o en su muro de Facebook. De ahí que muchos hablen de la muerte de la comunicación interna per se.
2.- ¿Crees que la información es poder y te resistes a la democratización de la información?
3.- ¿Piensas que te debes exclusivamente a los clientes, así que inviertes todos tus esfuerzos en llegar a ellos, obviando a los empleados como embajadores fundamentales de tu marca?
4.- ¿Prestas más atención a qué transmites (textos cuidados, palabras escogidas, etc.) que en cómo se transmite?
5.- ¿Quieres controlar las conversaciones en lugar de unirte a ellas?
6.- Antes de enviar una nota interna, una comunicación o colgar un anuncio en la intranet corporativa, te detienes a preguntarte “¿este tema interesa realmente al personal?”
7.- ¿Crees que en tu empresa existe realmente la comunicación, o se trata sólo de información? ¿Es demasiado unidireccional y jerárquica?
8.- Problemas por falta de credibilidad: ¿haces lo que dices en tus comunicados y dices lo que piensa la organización respecto a aspectos claves para el personal?
9.- Cuando en la organización se dan diversas versiones sobre los hechos o existen rumores, ¿actúas con el equipo de comunicación de forma proactiva ante los mismos?
10.- ¿Eres coherente entre lo que dices de puertas afuera (medios de comunicación, proveedores, clientes, etc.) y puertas adentro, o contribuyes al doble discurso?
2 comentarios
muy interesante el árticulo, en la red todos hablan de la información per se, pero nadie la describe, que es lo que realmente significa, y aquí por lo menos tenemos un atisbo.
Te agradezco el comentario, Raúl. Estoy de acuerdo contigo, pero es algo propio de los ritmos a los que nos sometemos. Ya casi no nos da tiempo a profundizar en nada 🙂 En el caso de la comunicación interna, creo que la castigamos y obviamos en exceso. Y antes de comunicar hacia fuera, tendríamos que hacerlo hacia dentro.
Saludos,
@XeniaGD