La felicidad es

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Un poyete al sol un frío día de otoño;

acariciar el lomo de un día inútil

sin remordimientos ni turbaciones,

envuelta en esta miopía galopante

que trota desbocada en un cuarto oscuro.

 

Ver, sin embargo, todos los azules en la palma de mi mano,

que es la tuya y la de todos,

abierta y quizás con marcas de cansancio.

Qué importa ahora,

dime,

si cruzo el mismo río que hace décadas

reconociéndome en el temblor de sus aguas,

a pesar de todo,

a pesar del tiempo.

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