A los Reyes Magos, desde bien pequeñita, siempre les pedí cosas extrañas.
Al principio, para ponerlos a prueba. Luego, para probarme a mí. Nunca tuve el problema de no saber qué desear, quizás en parte por esa grieta o vacío que sentimos algunos, cuando escribimos, cuando anhelamos, cuando vivimos.
Recuerdo un año que deseé, muy bajito y sin apenas un movimiento de...