Hoy nos hemos tropezado por el pasillo sin rozarnos ni vernos. Nuestra piel no se ha erizado. No se ha estremecido ni temblado. Y nuevamente has desviado la mirada. Yo hacia la cocina. Tú hacia el salón. Como un paso a nivel apenas señalizado. Donde de nuevo la maquinaria pesada repleta de hastío arrasa cualquier punto de encuentro. Será la inercia, me digo…. no como antes....