La abuela mira Barbies entaconadas. Minifaldas semitransparentes que nada pueden esconder. Deseos realizados que se convierten en nuevas insatisfacciones. O en nuevos deseos.
Recuerda entonces que se llevó años esperando que los Reyes le trajeran aquella muñeca con la que compartir confidencias. Y que ella, la abuela-niña que un día fue, jamás abandonó la ilusión de que cada...