Por puta: por perderte en la noche y regresar a escondidas con la falda demasiado corta. Por estar en horario escolar fumando por la calle, con esos labios jugosos lamiendo la boquilla. Por no ir a misa. Por bañarte en la playa y no cubrirte el cuerpo con el albornoz reglamentario. ¿Qué pretendías? Por mostrarte a los hombres. Esos muslos, ese talle, esos pechos amenazantes. Por tener oscurecido el entendimiento. La negra noche tiznando tus venas. Por tu gen rojo y meterte en política sólo para satisfacer tus apetencias sexuales.
Las rubias, todas putas.
Las pelirrojas.
Por alta. Por baja. Por exuberante. Por famélica.
Por haberte largado tras las comparsas de Marisol. Por tu carácter impulsivo, resuelto, voluble y caprichoso que te hace obrar sin reflexión. Por no ser sumisa. Por relacionarte con un viudo de 42 años sin permiso materno. Por débil mental profunda, por oligofrénica y retrasada.
Por descarriada, viciosa.
Así te trataremos.
Te catalogaremos.
Te hacinaremos.
Por incompleta.
Por gustarte mucho la calle. Por tener los ojos hundidos, las mejillas descoloridas, transparentes las orejas, apuntada la barbilla, seca la boca, sudorosas las manos, quebrado el talle, inseguro el paso y triste todo tu ser, como describió el padre García Figar. Por ser una mujer sensual.
Por puta, mujer caída. Por sacudir la melena y depravar el aire. ¿Qué buscas? Por no querer servir a tu padre, a tu hermano, a tu esposo, a tu hijo. Por no querer entregar el sueldo íntegro a tus padres. Por no querer servir a las Oblatas del Santísimo Redentor, a las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, a Trinitarias, Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, Auxiliares del Buen Pastor, Religiosas Esclavas de la Virgen Dolorosa o las Cruzadas Evangélicas.
No hay aún comentarios