Procure vuesa merced llevar el segundo premio, que el primero siempre se lleva el favor o la gran calidad de la persona; el segundo se le lleva la mera justicia; y el tercero viene a ser segundo, y el primero, a esta cuenta, será el tercero.
El Ingenioso Hidalgo Don Quijote De La Mancha
Creo que tenía unos diez años cuando escribí mi primer cuento: Las aventuras del mono Kuki. Al terminarlo no sabía qué más podía hacer con la historia, así que lo guardé en un cajón. Un día lo envié a un certamen literario infantil. Ganarlo me abrió las puertas a una colección de libros de ciencia ficción y la posibilidad de tener en mis manos una antología con el relato.
Continué escribiendo y enterrando -al comienzo- las historias en cajones y luego en carpetas en mi pc. Una nouvelle a los doce mecanografiada con la Olivetti de mi padre. Otra a los trece. Luego, un día, conseguía vencer el pudor y enviaba los textos. Algunas veces tuve suerte y otras no. El verano pasado, con dos manuscritos terminados -si es que alguna vez se termina una obra- volví a aquellos tiempos de la infancia en que escribir era un juego.
Desde aquí mi sincero agradecimiento para los que leyeron con tanta generosidad mis dos últimos libros y lo eligieron para ver la luz. No sé si los premios literarios sirven para consolidar vocaciones o sueños, pero qué importa.