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Xenia García on Ago 28, 2015 in
Reflexiones |
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La primavera que me mudé a Bilbao tuve una bienvenida de más de 30 días y 30 noches de lluvia continua. Fueron más de 30 lunas de sirimiri y aguaceros que me anunciaron la inmediatez de un diluvio hacia dentro. Un diluvio de esos de los que no puedes resguardarte porque te cala los órganos, los empapa y los rebosa hasta deformarlos. Tanto llovió, y durante tanto tiempo, que...