Sueños de navidad

Comparte este artículo...

sueños de navidad

Una vez soñé que conocía a un chico de ojos claros que me cuidaba.

Que aún conociendo la tiranía que la amargura, la desconfianza y la soledad provocan, no le dió miedo.

Soñé que cogía en brazos a mi pequeño de dos años, lo miraba a los ojos y lo acunaba como si fuera suyo, mientras le susurraba al oído que él sí que estaría siempre ahí. También para cuidarlo.

Que día tras día, de forma casi imperceptible, me cosía los desgarros del tiempo. Y nunca dejó que me desangrara, sino que me enseñó a cicatrizar sóla.

Soñé que tenía una niña que se supo querida desde el inicio. Que nació riendo, porque aquel chico de ojos claros me engordó riendo. Que no le importó que su trabajo pasara a un segundo plano por estar ahí compartiendo. Que me hacía el desayuno por las mañanas. Que se despertaba por las noches para que yo durmiera. Que anuló ese viaje que tanto anhelaba por horas en coche, cambio de pañales y cansancio infinito.

Que me ayudaba a crecer olvidando inseguridades. Que me hacía mejor persona.

El sueño llegó hasta soñar una vida juntos. Y entonces DESPERTÉ.

Cada mañana, cuando despierto, me acuerdo de ese sueño.

Y ese sueño, éste, es TODO lo que yo necesito.

@XeniaGD

Comparte este artículo...

9 comentarios

  1. Creo que hay una gran distancia que media entre soñar y desear. Todo lo que queda contenido en el frasco de los sueños es agradable, nos hace sentir mejor cada vez que olemos su esencia. Así que con mesura (no sea que se evapore) pero con frecuencia (no sea que lo olvidemos) acudimos ese frasco y lo destapamos, disfrutamos de ese aroma y con mucho cuidado lo volvemos a cerrar. Hasta ahí todo bien.

    Pero igual que un perfume no son las flores con las que está hecho, un sueño no es más que una representación. Transformar esa evocación en deseo real puede llevarte directo a la frustración. Las cosas, las personas, son como son. Somos(lamentablemente, en mi caso) como somos, y la decepción es segura cuando alguien desea que seamos de otro modo.

    • Encantada de leerte por este rinconcito, Ricardo. El retraso en contestarte se ha debido a unos días de desconexión total y absoluta. Intentando cuidar ese sueño 😉

      Es verdad. Las cosas -y las personas- son como son. A veces, nos creemos únicos. O alguien nos hace únicos. Pero no es más que una quimera.

      Te dejo algo que escribí hace ya mucho tiempo y que gracias a este blog he recuperado: Quimeras. Lo escribí en una de esas etapas donde nos da por vernos exclusivamente en los sueños ajenos. Por eso ahora lucho tanto por los propios.

      Un abrazo.

      • Yo también ando con cierto retraso: mi salud no me deja ir tan rápido como quisiera.

        Me he ido al link que me has dejado: contiene una idea que me parece muy, muy interesante: la incapacidad de inventar la realidad es una tara muy peligrosa. Y no solo en cuanto a lo personal: los estamos viendo en sociedades enteras.

        Un abrazo

        • Vaya. Siento mucho oir eso 🙁 Ciertamente, lo primero es lo primero.

          No sé si te he dado las gracias por aportar tanto. Si no lo he hecho: muchas gracias. A veces tardo un poco en responderte porque sabes sacudir las palabras y las ideas. Y entonces necesito darle una vuelta a lo que dices. Es complicado encontrar instantes entre el trabajo, las actividades, los cambios de pañales y el ocio necesario.

          Tienes razón. Somos incapaces de crear en muchísimos aspectos. Y la realidad en uno de ellos. ¿En qué momento aniquilamos esa capacidad?

          Si nos esforzáramos un poquito más, nos sentiríamos parte de esa realidad celándola incansablemente. Ahora que lo pienso, no sé si es imposibilidad o simplemente miedo.

          Xenia

  2. Hermoso…. pero sabes hace un tiempo atrás alguien me dijo , que no es malo soñar, y que siempre hay que tener la mente en las nubes, pero los pies en la tierra, pero esa misma persona me enseño que la realidad es tan distinta a lo que soñamos, en nuestros sueños todo es perfecto y creemos en todo, pero cuando aterrizas el dolor es muy fuerte…
    gracias…hermoso

    cariños
    susy

    • Será que quizás nos empeñamos en soñar aquello que nos vendieron en los cuentos de Disney y en las novelas románticas…. Yo he tardado mucho tiempo en convencerme de que todo aquello era un cuento y que la realidad es mucho más plena. Pero estoy contigo. Hay que seguir soñando 😉

      Un abrazo.

  3. Efectivamente…no podemos dejar de soñar, aunque tengamos malas experiencias, con cada sueño que vivimos se abre una nueva oportunidad de ser feliz…. aunque reconozco que últimamente
    prefiero soñar que vivir..andar en las nubes 🙂
    Cariños

  4. Me ha parecido precioso Xenia. Un lujo para los sentidos, y tener este tipo de sueños, despertar, y comprobar que es real, uf, eso debe ser lo mejor que puede pasarte. Expresas los sentimientos como nadie. Un beso y ¡feliz año nuevo! 🙂

    • Feliz año para ti también, Margarita. Y muchas gracias 🙂 Nos vemos prontito, en cuanto acaben las fiestas. Tengo tantísimos deberes por hacer que me da hasta miedo. Aún tengo pendiente mi cuento lispectoriano, que no quiere terminar de salir. Besos!

Responder a susana Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *