Hoy hace 7 años que este cuerpo ya no es mío.
Que esta tierra vaga y baldía abrió sus puertas para echar raíces. 7 años que me hice permeable. Con el único propósito de que el sol, la llovizna y la luz permitieran tu llegada. 7 años que comenzaron también vendavales, aguaceros y bombardeos.
Hoy hace ya 7 años que dejé de sentir miedo por riadas y ruinas. Que dejó de importarme las estrías, los puntos al sentarme, los pechos caídos. Como heridas de guerra que una exhibe orgullosa con la única recompensa de acompañarte en este camino.
Por eso, cuando hoy me dices que me quieres nombrándome cómplice de tus desvelos, vuelo a abrir ventanales. Para que se airen los recuerdos mientras te siento trepando por mi tripa extenuada en busca de mi aliento.
Apenas unos minutos de vida en tus pulmones y tanta savia contenida.
Tanta hambre de patria.
Tantas tormentas ya presenciadas por esas cándidas pupilas.
Ahora quiero quitarte las astillas, dejarme las uñas rascando tus pesadillas. Dibujarte una sonrisa y borrar tus miedos.
2 comentarios
Precioso, amiga y compañera. Felicidades a Eric. Y Felicidades a ti… Se os quiere.
Gracias, Fozzie 🙂 Qué te voy a contar a ti. Las situaciones difíciles parece que nos hacen más sensibleros con los niños.
Muchos besos,
X.