Canjes

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Mamá trabaja ahora en un súper a dos manzanas. Hace semanas que la echaron de la empresa por ser más vieja o más lenta o más protestona. Ellos se inventaron sus razones. Y ella siguió marchándose todos los días con una carpeta bajo el brazo preñada de inútiles papeles. Es su pequeño secreto. Ahora cobra botellas de vino barato y latas de mejillones a los pensionistas de la zona.

Mamá, hoy me quedo con Roberto a estudiar, le dije esta mañana. Vale, hijo. Pero a estudiar, ¿eh? Nada de fiestas ni borrachuzos.

Mi madre no se imagina lo duro que resulta estudiar en un país sin sueños. Y que Roberto se llama en realidad Sofía, aunque eso no aderece un ápice la expectativa. Por eso cuando me acerco a la única caja abierta para que me cobre el par de botellas, baja la mirada. Y comprendo que mi silencio vale apenas dos garrafas de olvido.

@XeniaGD

Foto: lifebeginsat50mm via photopin cc

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