Queridos Reyes Magos:
Este año me gustaría escuchar el timbre y volar a abrir la puerta. Reconocer la cara del cartero tras la mirilla y escucharle decir «Buenos días, Xenia. Hoy sí que tienes carta».
Sentir todo el fuego en el estómago y dar las gracias mientras corro a esa esquina de la casa donde no existe el tiempo. Ese rincón esterilizado de obligaciones y perfumes superfluos. Cerrando cualquier ventana vacua y aspirando el olor del amor vertido en las letras.
Este año me gustaría inhalar el aroma del sello y de las manos que hicieron posible tanto camino recorrido. Desgarrar el sobre con mimo sintiendo la lengua que en otro tiempo lo cerró. Tocar. Este año quisiera tocar el amor de las palabras. Y ponerlas bajo la almohada para que alimenten mis sueños.
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