Me acerco a la barra a por una copa, porque hace calor, mucha calor y desde que dejé de fumar, cuando estoy en una fiesta con amigos, necesito tener una mano ocupada en otros menesteres, una mano que no eche de menos otros vicios, provocadores y persistentes, moribundos pero jamás muertos.
Hace más de cuarenta grados de golpe, se fueron las tardes frescas de hace unos días, y él...