Echarte de menos es sentir el silencio en la palma de las manos.
Es buscar tu risa en mi cabeza y encontrar bastas hebras de pelo enredado.
Es sentir tus marañas en mi tuétano como un nudo en la garganta
que no me permite llamarte.
Echarte de menos es escuchar tus retahílas bajo las sábanas planchadas.
Ir a susurrarte la noche
destapando tus sueños
y encontrar únicamente el turno equivocado.
Ese trueque por quincenas.
Este echarte de menos tras un documento.
Mientras observo cómo al irte metes en tu mochila
las palmas de mis manos,
tu risa
mi lengua
tu pelo alborotado,
mi verano por quincenas.
Fotografía: Juan Luis Sánchez
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